Historia de la tabla periodica
El pasado y el futuro de la tabla periódica
Este fiel símbolo del campo de la química siempre encara el escrutinio y el debate
El sistema periódico de los elementos recibe ese nombre debido a
que muestra en forma gráfica cómo ciertas propiedades de las sustancias
químicas se repiten después de intervalos regulares. En la tabla moderna de 117
elementos, cada uno está colocado a lo largo de filas o hileras ordenadas de
acuerdo con su número atómico creciente —el número de protones en el núcleo de
un átomo de cada elemento. Existen siete filas, cada una conforma un periodo.
La longitud de los periodos varía: el primero tiene dos elementos, los
siguientes dos tienen ocho cada uno, luego 18 y 32, respectivamente, en los
siguientes pares de periodos. Las columnas verticales forman grupos, de los
cuales hay 18, basados en propiedades químicas similares, relativas al número
de electrones en la capa exterior de los átomos, también llamada capa de
valencia. Por ejemplo, en el grupo 17, los halógenos, todos carecen de un
electrón para llenar sus capas de valencia, todos tienden a adquirir electrones
durante las reacciones, y todos forman ácidos con el hidrógeno.
Los clásicos
Ha habido muchos cambios a la tabla desde que se publicó en 1869
la primera de Mendeleev, la cual mostraba ocho grupos, 12 filas y 66 elementos,
pero la tabla de Mendeleev tampoco surgió del vacío. Los historiadores de la
química han reconocido desde hace tiempo dos ideas que contribuyeron a la
evolución del sistema periódico: la noción de triadas de elementos y la
hipótesis de Prout, según la cual los pesos atómicos de los elementos son
múltiplos enteros del peso atómico del hidrógeno, el más ligero de los
elementos.
"Los historiadores han reconocido que dos ideas contribuyeron
sustancialmente a la evolución del sistema periódico: las triadas de Döbereiner
y la hipótesis de Prou"
En 1817 el químico alemán Johann Döbereiner notó que varios grupos
de tres elementos formaban triadas con dos características interesantes. El
elemento de en medio de una triada no sólo tenía reactividad química
intermedia, sino que también tenía un peso atómico intermedio. Distinguiéndose
del número atómico, un valor que todavía no había sido determinado, el peso
atómico ha sido medido desde principios de 1800.
en 1815, el físico radicado en Londres William
Prout, propuso otro principio general. En unos pocos artículos, que él publicó
en forma anónima, Prout escribió que el hecho de que los pesos atómicos de
muchos elementos parecieran ser múltiplos enteros del peso del hidrógeno,
sugería que todos los elementos estaban compuestos por múltiples hidrógenos. Él
incluso proclamó que esto implicaría la unidad esencial de toda la materia.
Pero algunos elementos tales como el nitrógeno, que entonces tenía un valor de
12.6 con relación al hidrógeno, parecían ir contra la hipótesis de Prout. Los
seguidores de Prout veían esos hechos como anomalías que eventualmente
desaparecerían con la determinación más precisa de los pesos atómicos.
Al principio del siglo XX, se encontró que el
número atómico, más que el peso atómico, sirve como un criterio más correcto
para ordenar los elementos en una secuencia lineal. Los investigadores, tales
como el físico británico Henry Moseley, encontraron que podían usar difracción
de rayos X para relacionar el número atómico con la carga positiva, o el número
de protones en el núcleo de cualquier átomo. Al volver a examinar las nociones
de triadas y la hipótesis de Prout a la luz del número atómico, uno encuentra
un notable sentido en que ambas nociones han hecho lo que otro famoso filósofo
de la ciencia, Imre Lakatos, ha llamado una recuperación teórica.
Además, si
consideramos los números atómicos en vez de los pesos atómicos para las triadas
descubiertas en el siglo XIX, resulta que el número atómico del elemento medio
es exactamente el promedio de los otros dos elementos. De hecho,
aproximadamente la mitad de las triadas posibles en la tabla periódica moderna son
exactas en este sentido. Sin embargo, muchas otras triadas potenciales ni
siquiera lo cumplen aproximadamente, en cuanto que el número del elemento medio
no está cerca del promedio de los otros dos.
Fuente: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0187-893X2008000300012&script=sci_arttext
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